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Reportando las finanzas sostenibles

- POR FINANTAH 10/06/2025

ASG en Regulaciones y Cumplimiento

FINANTAH | Junio 2025

Los conceptos ASG (Ambientales, Sociales y de Gobernanza) se han vuelto elementos centrales del sistema financiero global. Integrarlos en las decisiones financieras ya no es una tendencia, sino una condición para mitigar riesgos estructurales, asegurar la viabilidad a largo plazo de las instituciones y acceder a nuevas fuentes de fondeo. Esta integración es lo que define a las finanzas sostenibles.

En México, las finanzas sostenibles están tomando fuerza, pero su adopción aún se ve limitada por una percepción de complejidad regulatoria. Muchas instituciones, especialmente las Sociedades Financieras de Objeto Múltiple (SOFOM), enfrentan dudas legítimas sobre cómo incorporar estos criterios en sus operaciones sin un marco obligatorio claro. Sin embargo, esa falta de obligatoriedad no significa ausencia de dirección.

Este white paper tiene como propósito aclarar cómo el marco regulatorio mexicano —particularmente la Circular Única de Intermediarios Financieros Especializados (CUIFE)— ya contiene los cimientos para la integración ASG, y cómo su evolución anticipa una convergencia con estándares internacionales. En este contexto, preparar a las instituciones para medir, reportar y mejorar sus prácticas ASG no solo es un acto de cumplimiento anticipado, sino una estrategia para asegurar competitividad, acceso a fondeo y permanencia en un entorno financiero cada vez más exigente.

¿Dónde empieza la sostenibilidad financiera?

Antes de comenzar, es fundamental aclarar que la sostenibilidad financiera va mucho más allá que la financiación a proyectos verdes o sociales. La sostenibilidad financiera depende de que las mismas instituciones financieras – sus operaciones, prácticas, gobernanza, y reporteo – sean sostenibles. Si definimos que la esencia de la sostenibilidad implica una permanencia, una capacidad para adaptarse a los cambios y asegurar viabilidad a largo plazo, concluimos que requerimos de procesos de mejora continua para ser y mantenernos sostenibles. En pocas palabras, hay que mejorar. Y como no se puede mejorar lo que no se mide, la sostenibilidad comienza en sistemas robustos de medición y reporteo. 

Contexto del reporteo financiero en México

El sector financiero en México es robusto y complejo; intentar explicarlo en su totalidad va más allá del alcance de este documento. Solamente se explicará la relación de los agentes principales de marcar las pautas del reporteo financiero en México:

La Comisión Nacional Bancaria y de Valores (CNBV) regula y supervisa al sistema financiero en México, y para asegurar prácticas contables alineadas con estándares internacionales, se apoya en las normas emitidas por el Consejo Mexicano de Normas de Información Financiera (CINIF), que adapta marcos internacionales a la realidad mexicana a través de las Normas de Información Financiera (NIF). Para las SOFOM estas normas contables se integran en los lineamientos técnicos de la CUIFE, el cual establece cómo deben reportar su información las instituciones financieras ante la CNBV, cerrando así el ciclo entre regulación, normatividad contable y reporte financiero.

¿Qué exige el reporteo financiero mexicano hoy en día?

Actualmente, la CUIFE establece la periodicidad, estructura y formato del envío de información financiera y operativa que las SOFOM deben entregar a la CNBV. Esto incluye datos contables, estadísticas de cartera, concentración de riesgos, nivel de capitalización y cumplimiento de disposiciones prudenciales.

Aunque los temas ASG no están incorporados como un capítulo específico dentro del texto de la CUIFE, ya existen disposiciones que —indirectamente— tocan estos elementos. 

En temas ambientales y sociales. El CUIFE incluye una gestión de riesgos que podría ampliarse para integrar riesgos ambientales o sociales en operaciones crediticias. En ese caso, entraría en juego el Sistema de Administración de Riesgos Ambientales y Sociales (SARAS), que establece los procedimientos, políticas, herramientas, y capacidades de una institución para gestionar los riesgos socioambientales de su portafolio. Organizaciones como el Banco Interamericano de Desarrollo (BID) han buscado estandarizar los requisitos específicos para el diseño de un SARAS enfocado a instituciones financieras en Latinoamérica. 

En temas de gobernanza, el CUIFE ya incluye requerimientos de información sobre estructuras de gobierno corporativo que pueden ser fortalecidas para alinearse a prácticas de gobernanza sostenible.

En otras palabras, el marco ya contiene los cimientos para una futura integración ASG, aunque hoy no lo exija expresamente.

Cambios recientes para integrar sostenibilidad

En su Informe Anual 2023, la CNBV señaló la necesidad de alinear la CUIFE con estándares internacionales de reporte financiero que reflejen mejor la exposición a riesgos sistémicos, entre ellos los riesgos climáticos y sociales. Esta alineación incluye la integración paulatina de elementos provenientes de normas internacionales como el IFRS 9, y —a mediano plazo— el análisis de esquemas de reporte ASG compatibles con las recomendaciones del Task Force on Climate-related Financial Disclosures (TCFD) y del nuevo International Sustainability Standards Board (ISSB).

Aunque todavía no hay una modificación formal publicada en el Diario Oficial que obligue a las SOFOM a reportar indicadores ASG, la intención regulatoria es clara: avanzar hacia un marco que permita identificar, medir y reportar riesgos e impactos no financieros de forma sistemática.

Ventajas de incluir criterios voluntarios ASG en SOFOM

Aquellas SOFOM que empiecen hoy a desarrollar capacidades internas para identificar, medir y reportar aspectos ASG estarán un paso adelante cuando la regulación —como la CUIFE— formalmente requiera este tipo de información. Esto implica establecer políticas internas, definir indicadores clave, capacitar personal y generar sistemas de recopilación y reporte de datos no financieros. Si bien estas acciones aún no son obligatorias, implementarlas desde ahora permitirá una transición más fluida al nuevo marco regulatorio, evitará costos por ajustes de última hora y posicionará a la entidad como referente ante fondeadores e inversionistas que ya valoran la transparencia ASG como un criterio decisivo para canalizar capital.

Al incorporar desde ahora prácticas de reporte ASG, las SOFOM estarán en condiciones de cumplir no solo con futuras regulaciones nacionales, sino también con los requisitos actuales de fondeadores institucionales y multilaterales. Cada vez más, estos actores exigen evidencias claras de sostenibilidad y transparencia como condición para canalizar recursos. Al alinear sus procesos internos con los criterios ASG, las entidades financieras se vuelven elegibles para acceder a instrumentos de deuda con enfoque sostenible, líneas de crédito verde o financiamiento concesional, lo cual representa una ventaja competitiva clave al incluir tasas más bajas, plazos más flexibles, esquemas sin garantías, etc. 

En resumen, la CUIFE es hoy un documento técnico-contable, pero su evolución apunta a convertirse en una herramienta clave para institucionalizar la sostenibilidad financiera en México. Las SOFOM que se anticipen a este cambio no sólo cumplirán, sino que obtendrán ventaja estratégica en un mercado donde la sostenibilidad ya no es opcional.

En FINANTAH ya nos pusimos en acción.
Hemos comenzado a incorporar prácticas ASG de forma estructurada dentro de nuestra operación, con el firme compromiso de anticiparnos a la evolución regulatoria y fortalecer nuestra propuesta de valor. Sabemos que el futuro de las finanzas no es solo sostenible, es estratégico. Por eso, estamos invirtiendo en medición, capacitación y gobernanza responsable, construyendo desde hoy la solidez que exigirá el mañana.
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