Importancia de la creación de valor en los procesos del talento humano como ventaja competitiva en las organizaciones

- POR Lilián Rodríguez 2/03/23

El entorno contemporáneo se caracteriza por cambios derivados esencialmente de las Nuevas Tecnologías de la Información y las Comunicaciones (NTIC), además de un proceso de globalización de las economías que ha cambiado las formas de la competencia empresarial, las cuales están dominadas actualmente por los activos intangibles y por las personas que, o bien, los componen o  los utilizan. Por dicha razón, las empresas que actúan globalmente prestan atención especial a la dirección de sus Recursos Humanos, concibiendo a estos activos como un componente estratégico.

La globalización ha puesto al alcance de cualquier empresa los mismos recursos competitivos, por lo que la necesidad de encontrar fuentes de ventajas difíciles de imitar por la competencia se ha vuelto imperiosa para el éxito organizacional. De ahí que, en nuestros días, se ha producido un auge en la gestión de los activos intangibles debido a sus características propias que los hacen difíciles de copiar o imitar.

Se está conformando un nuevo modelo de sociedad que muchos autores califican de “sociedad del conocimiento” o “era de la Información”, que ha conducido a las organizaciones a buscar nuevos modos de gestión en los que factores como el aprendizaje continuo, la innovación y la creatividad se convierten en elementos decisivos y críticos para lograr organizaciones más eficientes y competitivas.

Frente a estos retos y nuevos desafíos, los recursos humanos y su dirección se convierten en una de las principales fuentes de ventaja competitiva sostenible en las empresas. En este contexto, su correcta gestión se ha convertido en el fundamento de la competitividad empresarial moderna, demostrando que las personas marcan la diferencia en el funcionamiento de una organización. En el ámbito contemporáneo incluso predomina el debate sobre el llamado capital humano y la gestión del conocimiento como vías para obtener mayores rendimientos en las entidades.

Sin embargo, aunque se ha evidenciado la importancia cobrada en los últimos años por las personas en las empresas, las organizaciones empresariales no han prestado todavía atención suficiente al problema de la gestión eficaz de sus recursos humanos, ni tampoco al problema específico de cómo conseguir que estos recursos tengan más éxito en su tarea en aras de alcanzar una ventaja competitiva sustentable y duradera.

Este artículo pretende otorgar algunas consideraciones acerca de los recursos humanos como fuentes potenciales de ventajas competitivas para las organizaciones, así como analizar aspectos esenciales sobre el rol de la gestión de Recursos Humanos en la consecución de dichas ventajas.

El modelo actual de gestión de recursos humanos se enfoca en indicadores relacionados con el comportamiento de las personas dentro de las organizaciones, es decir, en sus competencias. Desde esta perspectiva, los recursos intangibles o el capital humano tienen valor a partir de la posibilidad de generar ventaja frente a la competencia y hacer la diferencia en cuanto a las metas organizacionales.

Las personas generan valor debido a su diversidad: al poseer perfiles distintos pueden aportar una mayor gama de conocimientos y habilidades particulares, incrementando los resultados obtenidos en todas las funciones a su cargo y, como consecuencia directa, aumentando la productividad de la empresa. Demostrando que cuando las personas se sienten parte de la organización invertirán lo mejor de sí para el cumplimiento de los objetivos establecidos

Ya que se ha establecido la importancia del recurso humano en la organización y su participación en la formulación de las estrategias que ésta ha de establecer para la consecución de todos los objetivos a alcanzar, es importante también tener en cuenta algunos elementos que han de permitir establecer un ejercicio real y lleno de valor en todas las acciones a desarrollarse en la compañía:

  • Formular unos objetivos claros a un determinado plazo.
  • Los objetivos definidos deben estar relacionados con la razón de ser de la organización.
  • La visión y el análisis de diversos aspectos exteriores deben influir de manera constante en la corporación.
  • Debe existir creatividad en la propuesta y el desarrollo de acciones que aseguren su logro.
  • Deben proponerse acciones que conlleven a la toma de decisiones que hagan frente a las diferentes incertidumbres del entorno de la compañía.
  • Un buen control permitirá detectar las desviaciones producidas respecto a los objetivos planteados, ello con el propósito de evaluar y eliminar aquellas desviaciones de manera progresiva.
  • El personal administrativo que formule las estrategias, debe tener un amplio conocimiento de cada uno de los procesos y procedimientos que se llevan a cabo en la compañía.

Esto se logra identificando cuales son los recursos únicos con los que cuenta la empresa y que la diferencian de la competencia, para ello se debe realizar un análisis interno que le otorgue una visión más clara a la gerencia sobre la importancia de seleccionar y configurar las actividades estratégicas a realizar con dichos recursos seleccionados en un mercado globalizado. De allí deben surgir las capacidades para que la empresa genere su oferta de valor alcanzando diferenciación, conocimiento e innovación, en actividades primordiales como la comunicación, siempre alineándose a las estrategias y objetivos de la empresa, para así lograr su cumplimiento a la par de lograr una posición diferencial obteniendo una ventaja competitiva sostenible.

Por lo que podemos concluir que la creación de valor a través de las personas se consigue en la actualidad a partir de la inversión en capital humano, es decir, en la preocupación por su formación y desarrollo profesional. La organización debe orientarse hacia la potenciación de la inteligencia y la identificación del talento de sus colaboradores para ofrecer un valor añadido respecto a la competencia.

Así como, identificando cuales son los recursos únicos con los que cuenta la empresa y que la diferencian de la competencia. Para ello se debe realizar un análisis interno que le otorgue una visión más clara a la gerencia sobre la importancia de seleccionar y configurar las actividades estratégicas a realizar con dichos recursos seleccionados en un mercado globalizado. De allí deben surgir las capacidades para que la empresa genere su oferta de valor alcanzando diferenciación, conocimiento e innovación, en actividades primordiales como la comunicación, siempre alineándose a las estrategias y objetivos de la empresa, para así lograr su cumplimiento a la par de lograr una posición diferencial obteniendo una ventaja competitiva sostenible.